domingo, 25 de septiembre de 2016

La Singularidad

Para efectos de este ensayo se trata la singularidad bajo el punto de vista tecnológico y no físico, ya que el concepto fue popularizado en los años setenta del siglo pasado como aquel espacio comprendido en las adyacencias de un agujero negro, conocido como el “horizonte de sucesos” en el cual las leyes físicas como las conocemos, dejan de cumplirse.
Según Raymond Kurzweil, científico, inventor y visionario estadounidense la singularidad será alcanzada en el año 2029.
En 1975 Gordon Moore (creador de la ley de Moore) hizo una corrección a la misma, y establecía que el número de circuitos integrados en un microprocesador se duplicaría cada 24 meses y no en un año como había predicho originalmente. Hasta hoy se ha cumplido. Sin embargo, el mismo Moore dijo en 2007 que su ley dejaría de cumplirse en diez o quince años, dando por sentado que una nueva tecnología supliría la actual. La aparición de esa nueva tecnología nos coloca como máximo en el año 2022. En cercana sincronía con Kurzweil.
Pero, ¿qué es la singularidad?, será el advenimiento de la verdadera inteligencia artificial o “AI”, un momento en el cual las computadoras tengan la suficiente capacidad de procesamiento y memoria como para pensar por sí mismas y a la vez albergar todo el contenido del cerebro de un individuo, esto es: recuerdos, personalidad, carácter, estados de ánimo, creatividad y lo más importante, que la computadora crea que es la persona, de esta forma, se cumplirá la última etapa de la evolución humana. Dando lugar a una “explosión de la inteligencia”, la cual nos conducirá por caminos que hoy nadie se ha atrevido a predecir.
Las implicaciones de este hecho no tendrá precedentes. Más importante que la invención de la escritura, la rueda, volar, o el hombre en la Luna. Será la primera forma de vida no creada por la naturaleza, y por tanto no sujeta necesariamente a sus designios. Cualquier persona, libre al fin de sus limitaciones biológicas podrá vivir por siempre, no dentro de una máquina, si no en ese universo siempre en expansión que es el ciberespacio, se podrá viajar en forma inalámbrica, y se estará en todas partes y en ninguna a la vez, la presencia humana será al mismo tiempo etérea y poderosa. Cualquiera podrá expandir sus capacidades y aprendizaje de forma ilimitada y por un tiempo indefinido.
 Una vez que la totalidad de la población se haya “subido” a esta nueva forma de vida, factores como el sexo, el hambre, la pobreza, la sobrepoblación, la producción de alimentos, el maltrato y la subyugación de animales, el racismo y la desigualdad serán consideradas cosas del pasado y como problemas de seres evolutivamente inferiores y primitivos. Es decir, nada impedirá a estos nuevos seres súper-inteligentes crear maquinaria y otros entes aún más capaces y poderosos.  Alcanzaremos la inmortalidad y sin duda dominaremos el universo.
Por supuesto también existe la posibilidad de que lo arruinemos y todo salga mal. El cerebro humano es, en palabras de Kurzweil, tiene una calidad desordenada e impredecible ya que como la mayoría de los sistemas biológicos es un “fractal probabilístico”, además de desaprovechar su capacidad en una masiva redundancia de pensamientos e ideas.
En el momento de producirse la singularidad, con ese cúmulo de información serán también traspasados sentimientos típicamente humanos como la codicia, la maldad, la envidia, la avaricia y un largo y tenebroso etcétera. Si no logramos solucionar este escabroso detalle, alguno de estos “nuevos seres” puede caer en la tentación de convertirse en una deidad, sojuzgando a la humanidad y sometiéndola a sus designios, o en todo caso provocando una guerra de aniquilación que borrará todo rastro de lo que somos, y lo que pudimos llegar a ser.
De proseguir las tendencias actuales, inevitablemente la inteligencia artificial hará su aparición, la controversia entre creyentes y escépticos no es si está se producirá sino cuando.  Muchos factores deben tomarse en cuenta ante la inminencia de este hecho. ¿Qué papel jugará la Moral en todo esto? ¿Cuantas personas preferirán llegar a su muerte natural y biológica antes de vivir eternamente?, ¿Es eso vivir? Y si esto se produce, es decir, si la humanidad queda dividida entre seres biológicos y no biológicos, ¿se producirá una convivencia pacífica entre estos?, ¿se tolerarán y respetarán?, o por el contrario ocurrirá realmente una “rebelión de las máquinas” como profetiza el film “Terminator”?

Todo eso está escrito en nuestro futuro, ya no muy lejano, por cierto.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Cambio de reglas

El Heraldo. Carlos Molina. AP

Recién descubiertos por la ciencia, los peces terrarios viven toda su vida en el más espeso fango, dentro del cual se mueven rápida y eficazmente como si de un medio líquido se tratara. La evolución moldeó por millones de años su sistema respiratorio para que el barro circulara sin problemas y entregara su reducida cuota de oxígeno al organismo del pequeño pez. La solución encontrada por la naturaleza para lograr tal adaptación fue única. En el centro del animalito, funciona un pequeño motor biológico con engranajes dentados y una minúscula bomba de vacío.  Es la primera prueba de diseño mecánico en un organismo viviente. Sin duda el hallazgo hará cuestionar a más de uno la razón de su existencia, incluyendo a quien esto escribe. No puedo manejar esta noticia. Para el momento en que lean esta nota ya estaré muerto.