Para efectos de este ensayo se trata la singularidad bajo el punto de vista
tecnológico y no físico, ya que el concepto fue popularizado en los años
setenta del siglo pasado como aquel espacio comprendido en las adyacencias de
un agujero negro, conocido como el “horizonte de sucesos” en el cual las leyes
físicas como las conocemos, dejan de cumplirse.
Según Raymond Kurzweil, científico, inventor y
visionario estadounidense la singularidad será alcanzada en el año 2029.
En 1975 Gordon Moore (creador de la ley de Moore) hizo una corrección a la misma, y establecía
que el número de circuitos integrados en un microprocesador se duplicaría cada 24 meses
y no en un año como había predicho originalmente. Hasta hoy se ha cumplido. Sin
embargo, el mismo Moore dijo en 2007 que su ley dejaría de cumplirse en diez o
quince años, dando por sentado que una nueva tecnología supliría la actual. La
aparición de esa nueva tecnología nos coloca como máximo en el año 2022. En
cercana sincronía con Kurzweil.
Pero, ¿qué es la singularidad?, será el advenimiento de la verdadera
inteligencia artificial o “AI”, un momento en el cual las computadoras tengan
la suficiente capacidad de procesamiento y memoria como para pensar por sí
mismas y a la vez albergar todo el contenido del cerebro de un individuo, esto
es: recuerdos, personalidad, carácter, estados de ánimo, creatividad y lo más
importante, que la computadora crea que es la persona, de esta forma, se cumplirá
la última etapa de la evolución humana. Dando lugar a una “explosión de la
inteligencia”, la cual nos conducirá por caminos que hoy nadie se ha atrevido a
predecir.
Las implicaciones de este hecho no tendrá precedentes. Más importante que
la invención de la escritura, la rueda, volar, o el hombre en la Luna. Será la
primera forma de vida no creada por la naturaleza, y por tanto no sujeta
necesariamente a sus designios. Cualquier persona, libre al fin de sus limitaciones
biológicas podrá vivir por siempre, no dentro de una máquina, si no en ese
universo siempre en expansión que es el ciberespacio, se podrá viajar en forma
inalámbrica, y se estará en todas partes y en ninguna a la vez, la presencia humana
será al mismo tiempo etérea y poderosa. Cualquiera podrá expandir sus
capacidades y aprendizaje de forma ilimitada y por un tiempo indefinido.
Una vez que la totalidad de la
población se haya “subido” a esta nueva forma de vida, factores como el sexo,
el hambre, la pobreza, la sobrepoblación, la producción de alimentos, el
maltrato y la subyugación de animales, el racismo y la desigualdad serán
consideradas cosas del pasado y como problemas de seres evolutivamente
inferiores y primitivos. Es decir, nada impedirá a estos nuevos seres súper-inteligentes
crear maquinaria y otros entes aún más capaces y poderosos. Alcanzaremos la inmortalidad y sin duda
dominaremos el universo.
Por supuesto también existe la posibilidad de que lo arruinemos y todo
salga mal. El cerebro humano es, en palabras de Kurzweil, tiene una calidad
desordenada e impredecible ya que como la mayoría de los sistemas biológicos es
un “fractal probabilístico”, además de desaprovechar su capacidad en una masiva
redundancia de pensamientos e ideas.
En el momento de producirse la singularidad, con ese cúmulo de información
serán también traspasados sentimientos típicamente humanos como la codicia, la
maldad, la envidia, la avaricia y un largo y tenebroso etcétera. Si no logramos
solucionar este escabroso detalle, alguno de estos “nuevos seres” puede caer en
la tentación de convertirse en una deidad, sojuzgando a la humanidad y
sometiéndola a sus designios, o en todo caso provocando una guerra de
aniquilación que borrará todo rastro de lo que somos, y lo que pudimos llegar a
ser.
De proseguir las tendencias actuales, inevitablemente la inteligencia
artificial hará su aparición, la controversia entre creyentes y escépticos no
es si está se producirá sino cuando.
Muchos factores deben tomarse en cuenta ante la inminencia de este hecho.
¿Qué papel jugará la Moral en todo esto? ¿Cuantas personas preferirán llegar a
su muerte natural y biológica antes de vivir eternamente?, ¿Es eso vivir? Y si
esto se produce, es decir, si la humanidad queda dividida entre seres
biológicos y no biológicos, ¿se producirá una convivencia pacífica entre estos?,
¿se tolerarán y respetarán?, o por el contrario ocurrirá realmente una
“rebelión de las máquinas” como profetiza el film “Terminator”?
Todo eso está escrito en nuestro futuro, ya no muy lejano, por cierto.
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