miércoles, 17 de enero de 2018

Muerte por la Patria

Los acontecimientos del 15/01/2018 han dejado a Venezuela y en alguna medida al mundo en profundo “SHOCK”.  Desde dos perspectivas distintas, a saber:
Hemos visto atónitos a un héroe caer. Un héroe caribeño, un poco echón, un poco farandulero sí, pero indiscutiblemente un héroe, ¿es que acaso Mussolini con toda su pompa ridícula no fue considerado héroe en su momento? ¿Es que acaso el general Patton, héroe indiscutible de la segunda guerra mundial, no se destacaba por querer llamar la atención y mostrar al mundo su petulancia?
Admito con mucho dolor que no me caía bien la personalidad teatral de Oscar Perez, lo dije públicamente, pero solo lo vi como una desventaja, creo que no tuvo verdadero arraigo en el mundo opositor gracias a eso. Lo cual me lleva a la primera perspectiva. La muerte de Oscar Perez fue para muchos de sus detractores como un balde de agua fría, un despertar forzoso y ver una realidad hasta ahora oculta bajo prejuicios y desconfianza, si, el tipo y sus compañeros no estaban jugando, iban en serio.
Qué oportunidad perdida,
¿Cuánto se pudo haber logrado de contar con apoyo masivo de la población? Eso lo pagaremos con sangre y lágrimas, sin duda.
La otra perspectiva es una muestra cruda y real de algo que ya sabíamos: este es un gobierno criminal y su crueldad no tiene límites, no importa cómo se vea, estamos inmersos en una de las peores dictaduras que asolara país latinoamericano alguno. Por su carácter delincuencial, por la entrega de la soberanía, por los vergonzosos militares, en fin. por todo.

¿Hay perspectivas de cambio? En el futuro inmediato no, pero hay un desgaste importante en la dictadura a nivel internacional, y eso pesa mucho. Las penurias inenarrables e inéditas por las que atraviesa la mayoría de la población hacen de este país una bomba de tiempo. Lo peligroso es que si llegara a explotar se llevaría por delante a buenos y malos.

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