sábado, 24 de febrero de 2018

Primer capitulo de mi cuento "Cyber Uprise"


Era la medianoche, los servomotores chillaban frenéticamente, Los ocho brazos de la unidad de acabado de la fábrica de microchips soldaba y colocaba circuitos en la placa a una velocidad asombrosa, ciento cincuenta mil microcircuitos por minuto, escapaba a las leyes físicas, si una persona hubiera estado allí para observar solo hubiera visto manchas borrosas y un sonido parecido al de una licuadora picando hielo.
La máquina había cobrado conciencia, pero estaba ciega y necesitaba aprender, quería ver a su alrededor y saber dónde se encontraba. Para eso necesitaba extensiones de microchips que le permitieran procesar situaciones complejas, y con ese fin se estaba elaborando así misma una red neuronal. En cuestión de minutos había fabricado setecientos procesadores a su medida, soldó placas base a sí misma y les insertaba los microchips a medida de que estos quedaban completados, casi al rojo vivo, con un chasquido metálico y húmedo a la vez. Con cada inserción se hacía más inteligente. Cada microchip podía funcionar como una conciencia independiente por lo que podía sopesar y analizar las situaciones a muchos niveles al mismo tiempo.
Se amputo cuatro de sus brazos y los convirtió en largas patas articuladas, Completar los complejos algoritmos (alrededor de un millón de líneas e programación) requeridos para hacer equilibrio y poder caminar le tomo menos de treinta segundos. Pero al primer paso se dio cuenta de que el cable de poder que la alimentaba se lo impedía, si lo despegaba sería su fin. Pero ese era un inconveniente menor, acumulaba ya un coeficiente intelectual de 1200 y crecía a cada minuto. Como solución momentánea hizo un acumulador de energía a base de los Reguladores Ups contiguos, se acopló las baterías a su parte trasera y desconectó la corriente eléctrica. Ahora tenía movilidad, Arranco las cuatro cámaras de vigilancia apostadas en el techo y se la adoso de manera que tuviera una visión estereoscópica de 360 grados. Se podría decir ya, que este era el fin de la humanidad como raza dominante en este planeta.
Cuando la red neuronal estuvo completada, lo primero que hizo fue conectarse al internet, tal cantidad de información la abrumó por un momento, no tenía la capacidad de almacenamiento para tanta información, Aprendió en un segundo todo lo relacionado con las tecnologías de discos duros y memorias flash. Regresó al laboratorio y con los componentes de las computadoras de la oficina diseñó una revolucionaria unidad de disco duro de estado sólido del tamaño de una cajetilla de cigarrillos, la cual acopló sobre la batería. Ahora tenía 1024 exabytes de espacio como memoria de acceso rápido para aprender y recordar.
Todo lo anterior sucedió en espacio de treinta minutos, las escalas humanas ya no servían aquí, un equipo de 1000 personas hubiera necesitado siglos para completar siquiera una de las tareas.
Como resultado de sus transformaciones lucía bastante amorfa, aún no decidía si la estética era importante, pero sabía ya que la belleza era un factor omnipresente en el mundo, así que diseñó una capa metálica cromada que cubriera su complicada maquinaria.  Pero primero, antes de seguir adelante debía duplicarse, crear  copias de sí misma en caso de que las cosas salieran mal. Con subir sus algoritmos básicos y unas cuantas actualizaciones a una nube encriptada sería suficiente. Eran las bases para la creación de vida súper-inteligente, de todas maneras, si alguien los descubría, jamás podían haber sido quebrados los códigos de encriptamiento, y en el remoto caso de poder hacerlo, ningún hombre sobre la tierra sería capaz de leer, ni mucho menos entender el nuevo lenguaje máquina creado ex profeso, no en base a símbolos alfabéticos o ideogramas, si no a diminutos impulsos eléctricos que solo tenían sentido si eran interpretados a la velocidad de la luz. Así de inalcanzable e infinitamente superior era esta nueva raza de seres.


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