domingo, 17 de junio de 2018

Colonia

Nací ciudadano libre, en la década de los setentas, en posiblemente, el mejor país para nacer, una economía pujante, una moneda fuerte. Nací en una zona popular de Caracas, mis padres, de pocos recursos, a base solo de trabajo duro, pudieron comprar apartamento y carro. Recuerdo feliz mi infancia, jugando al aire libre, sin la menor preocupación por parte de mis padres. Recuerdo que con apenas tres bolivares que me daba mi madre para la escuela podía desayunar bien, y todavía me quedaba dinero para un helado a la hora de salida. Pero es que además me daban en la mañana un cuartico de leche completa y un turrón, de leche también, todavía mi memoria retiene su sabor. Recuerdo que un día me asomé al departamento de educación física de la escuela y pude observar todo tipo implementos deportivos, recuerdo hasta haber visto una jabalina, si, en una escuela pública en una zona popular. Jugaba, peleaba, tenía aventuras con mis amigos, no se si se puede desear una infancia más feliz. Bueno quizás si, toda mida desde que tengo uso de razón he sido amante de la tecnología y mis padres no tenían dinero para proporcionarme ciertos lujos como un "Atary", un "Betamax" o un "Walkman" que otros amiguitos si tenían, pero eso era de poca importancia jugué y vi películas muchísimo en casa de mis amigos. Y los más importante, en mi casa había comida en abundancia, yo comía lo que quería, tomaba mucho refresco, mucho "koolaid" , claro quemaba toda esa azúcar en juegos de béisbol improvisados, una excursión a la montaña cercana o cualquier otra locura que se nos ocurriera. Recuerdo que un día jugando luchas, me fracturé la muñeca, mis amiguitos me acompañaron a una sede del seguro social, en donde, casi de inmediato me trataron, me radiografiaron, me enyesaron y me enviaron de vuelta a casa. ni siquiera falté un día a la escuela.
Hoy, ya no soy ciudadano de un país libre, soy un simple habitante de una colonia, logré prepararme soy profesional y vivo en una zona de clase media, perdón "ex-clase media". No tengo derechos como ciudadano, mi hijo ha pasado su infancia prácticamente entre cuatro paredes, su madre y yo siempre temerosos de la inseguridad apenas le permitimos salir, si va a casa de uno de sus amigos lo llevamos y lo traemos, si va a un parque, lo llevamos y lo traemos, si va a una fiesta lo mismo. Pobre niño, se ha perdido las mañanas luminosas de mi infancia, se ha perdido toda la variedad de lo que se podía comprar. Pienso irme del país si. para ver si le doy un poco de lo que yo disfruté. Pero  lo perdido es lo perdido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario