sábado, 25 de agosto de 2018

LA HORA MAS OSCURA


La catástrofe que se ha cernido sobre Venezuela no tiene precedentes en América. Se trata nada más y nada menos que del secuestro de todo un país. Cientos de miles de personas se ven impulsadas a cruzar la frontera para escapar de la devastación a gran escala que vive un país, otrora uno de los más prospero del continente.
Las últimas medidas económicas tomadas por los secuestradores gobernantes están claramente dirigidas a terminar de "reventar la economía" o en todo caso lo que queda de ella. El descomunal aumento del nivel del sueldo mínimo de Bs 5.000.000 a 180.000.000 pone al precario sector  privado ante la disyuntiva de adaptarse o desaparecer. Y que conste que adaptarse significa la ruina inminente, via descapitalización y perdida total de inventario. El plan es siniestro, merecedor de toda su maldad comunista. Asumir las erogaciones salariales por tres meses persigue un doble efecto, a saber: 1- desbordar y hacer desaparecer el mercado de bienes y servicios con una mole de dinero inorgánico    2- Apropiarse de las nóminas de la empresa privada de facto. Y por ende presionar hacia adelante con el plan comunal.
Pretenden nada menos que erigir una economía comunista sobre las cenizas de miles de ciudadanos, muertos por hambre enfermedades y ruina. El éxodo masivo es cabal muestra para nuestros países hermanos de la magnitud  de la catástrofe y un recordatorio imborrable de lo que significa caer en las garras del socialismo-comunismo-progresista.
¿Esto va a terminar?. La respuesta es un contundente SI. Pero ya la esperanza de un final sin sangre y fuego, sin miles de muertos pasó para siempre. Y esto es culpa sin duda alguna de la oposición acomodaticia que por blandengue y sumisa  cargará junto con el regimen con su cuota de culpa de la tragedia que se avecina.

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